miércoles, 29 de febrero de 2012

Las edades, las etapas y el tiempo que se nos va

La vida tiene sus etapas, recuerdo que en mi adolescencia entraba y salía de casa y mis padres eran los que me tenían que parar los pies porque tenía la sensación que no había suficiente día para abarcar a todo. Mi frase era "ahora voy, ahora vengo" y venga a cerrar y abrir la puerta de la calle. Si hubiera habido en casa un incendio o un derrumbe seguramente no me hubiera pillado.

Llegaba del instituto y volvía a salir a los 5 minutos con el la ropa del entreno y el bocata de Nocilla en la mano para seguir en frenética actividad dos o tres horas más. Iba pasando la semana hasta el partido de baloncesto de los sábados, las reuniones con amigos de la tarde, los cines de los domingos, las paseos por el centro de la ciudad, etc. Se te escapaba el tiempo entre los dedos. El día a día estaba marcado por una actividad incesante y si parabas era como si no tuvieras vida, como si esa falsa calma o pasividad de tus padres se contagiara.

Bien, pues como cambia el cuento señores. Ahora, casi llegando a los 40, se cambian las tornas. Hay días en los que suficiente actividad tenemos con salir a trabajar a las 7 de la mañana y llegar a las 7 de la tarde de vuelta que entras en casa y no te apetece ni salir a por el pan.

Por circunstancias de la vida, tengo una lesión que me obliga a estar de reposo en casa y han venido mis padres a "cuidarme" unas semanas. Madre del amor hermoso, ¡no paran! Me han desmontado la casa limpiando, colocando, arreglando el jardín, comprando macetas y el "ahora vamos y ahora venimos" soy yo la que lo recibo de vuelta. No quiero llegar a la conclusiones precipitadas pero me parece que el tiempo se está burlando de mi o será que me estoy haciendo mayor.

 Tengo la sensación de que el tiempo me está cobrando ahora lo que en la juventud parecía que me daba de más para estirar las horas y que yo nunca tuve suficiente. Aunque con la palabra tiempo nunca va bien el adjetivo suficiente.

¿Y mis padres? Mis padres están sacando jugo a su tiempo de noviazgo, a su segunda juventud, exprimiendo los segundos que cuando tenían que estar pendientes de nosotros no tenían. Y aunque me altera pensar que tienen un "tempus vitae" bastante más activo que el mío, debo reconocer que a todos nos marca el "tempus fugit" y las etapas de la vida son las que dictan las necesidades. Que lo disfruten ahora que todavía pueden. 

A mi ahora me toca coger fuerzas para cuando pueda.... salir corriendo y no parar. Y poder volver a devorar mi propio tiempo.

 «Sed fugit interea fugit irreparabile tempus», "Pero huye entre tanto, huye irreparable el tiempo"  Virgilio

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